ST. ANTHONY OF PADUA CATHOLIC CHURCH
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Dear St. Anthony Family,
Greetings of a prosperous New Year!
This Sunday, we celebrate the Feast of the Baptism of the Lord, which is the culmination of the liturgical season of Christmas, and the beginning of the ‘Ordinary Time’ period in the life of the church. Baptism literally means ‘washing’, and John the Baptist made it a symbolic rite of moral purification. It marks the initiation of our Christian life. Though Baptism, by the power of the Holy Spirit, one becomes a Christian. This is not just an external label, for it changes the very fabric of our being, making us members of the Church, children of God and heirs of heaven. In the gospel, Jesus is offered to us the model of our Baptism. He shows us the conditional love of the Father as declared by the voice coming from heaven –“You are my beloved Son; with you I am well pleased.”
Indeed, baptism is the day we belonged to God with an unbreakable bond. Baptism is the sacrament, the sacred ritual, which flung wide open the doors of the church, our spiritual family, so that we could enter. In this celebration of faith, all of us are offered with the means of salvation, even if we were only infants then, unknowingly participating in the motions of the event. Now, it makes sense that a child must be initiated with this sacrament to bring him close to the heart of the Lord and his people.
As we honor the Feast of the Baptism of the Lord this New Year of 2025, let us take a moment to pause and ask ourselves – How can we best live out the grace of our own baptism here in our community? This question reminds of a parishioner who asked a question when I first arrived at our parish. She asked me – Fr. Pao, what is your priority as the new pastor of our church? As a family of faith, our journey is anchored on the four pillars of our parish life, namely:
First is the community life, because the parish is a community that journeys together under the guidance of the pastor. It is where relationship is fostered, which eventually becomes personal, conquering the animosity among us. The message we would like to send to our community is that each member may not feel alone, but is assured that he/she is in the company of a family. Our community is a seed-bed of what we believe in and how we live out the Good News in our life. We become witnesses of the Lord to one another.
Second is the worship life. It is through this area that we pray together and support the spiritual needsof each other. In this way, we grow our faith together as one organic community, especially when weworship as one body. In this aspect, we will understand that our relationship to one another is truly founded on the Eucharist and is nourished by it. We are a community centered on the Eucharist and other sacraments. Without the sacraments, all our community activities are in vain and void of spiritual grace.
Third is the faith education life, wherein our knowledge of our faith and the teachings of the Church will get a deeper and stronger understanding. It is a faith formation, where we will help members of our community receive their sacraments like Baptism, Confirmation, Holy Communion and Matrimony. Through this program, we will achieve a sound and steadfast faith as the famous words of St. Augustine-”seeking understanding” (Catechism, Evangelization).
Lastly is the stewardship life. In this aspect, we are called to take care of one another especially, the temporal needs of the parish and our community. This is where we take an active participation in the communal and temporal goods of the parish. We become faithful and committed stewards for the welfare of each other and the parish. It is a call to an active witnessing of our faith by our words and deeds. As one family, we are responsible of one another. It should be faithful and fruitful.
Brothers and sisters, this will be the vision and the direction of our community, guided by our parish mission. As Pastor, I am blessed to have members for both Finance and Pastoral Advisory Councils, which will serve as the advisory body to me in my duty and leadership. The Pastoral Advisory Council Members are Emma Ramos (Chair), Jim Vandecoevering, Mary Opalenik, Marta Gomez, Helen Goff, JeffGrundon, Rafael Manriquez, Jesus Cornejo, Jeff Pettit, Peter VanDyke. The Finance Advisory Council Members are James Perillo (Chair), Annie Heynderickx, Al Moreno, Sue Vandecoevering, Sheila Giambrone, David Lomartire, Barbara Hinton, Krist Richert, Mary Grundon.
As we begin this New Year, the only words in my heart are - I am here for you - to love and serve our family, to guide and build up our spiritual life towards the full realization of our vision for our parish community. As your pastor, please know that I will be a priest for all and for each member of our family. I will serve with utmost, inclusive love for all. As one family of faith, let us journey to make our vision a reality beginning this year - to be a community that serve as one, worship as one, and work together as one with one mission. I love you and I love our community.
Praying for you all.
Fr. Pao
Querida familia de San Antonio:
¡Les deseo un próspero Año Nuevo!
Este domingo celebramos la fiesta del Bautismo del Señor, que es la culminación del tiempo litúrgico de Navidad y el comienzo del período del “Tiempo Ordinario” en la vida de la Iglesia. El bautismo significa literalmente “lavado”, y Juan el Bautista lo convirtió en un rito simbólico de purificación moral. Marca el inicio de nuestra vida cristiana. A través del Bautismo, por el poder del Espíritu Santo, uno se convierte en cristiano. No se trata de una etiqueta externa, ya que cambia la estructura misma de nuestro ser, haciéndonos miembros de la Iglesia, hijos de Dios y herederos del cielo. En el Evangelio, Jesús se nos ofrece como el modelo de nuestro bautismo. Él nos muestra el amor condicional del Padre, como lo declara la voz que viene del cielo: “Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia”.
De hecho, el bautismo es el día en que pertenecemos a Dios con un vínculo inquebrantable. El bautismo es el sacramento, el ritual sagrado que abrió de par en par las puertas de la iglesia, nuestra familia espiritual, para que pudiéramos entrar. En esta celebración de la fe, a todos se nos ofrecen los medios de salvación, incluso si éramos solo bebés en ese entonces, participando sin saberlo en los movimientos del evento. Ahora bien, tiene sentido que un niño deba ser iniciado con este sacramento para acercarlo al corazón del Señor y su pueblo.
Al honrar la Fiesta del Bautismo del Señor este Año Nuevo de 2025, tomemos un momento para detenernos y preguntarnos: ¿Cómo podemos vivir mejor la gracia de nuestro propio bautismo aquí en nuestra comunidad? Esta pregunta me recuerda a una feligresa que me hizo una pregunta cuando llegué por primera vez a nuestra parroquia. Me preguntó: Padre Pao, ¿cuál es su prioridad como nuevo pastor de nuestra iglesia? Como familia de fe, nuestro camino está anclado en los cuatro pilares de nuestra vida parroquial, a saber:
Primero está la vida comunitaria, porque la parroquia es una comunidad que camina junta bajo la guía del pastor. Es donde se fomenta la relación, que eventualmente se vuelve personal, conquistando la animosidad entre nosotros. El mensaje que nos gustaría enviar a nuestra comunidad es que cada miembro no se sienta solo, sino que tenga la seguridad de que está en compañía de una familia. Nuestra comunidad es un semillero de lo que creemos y de cómo vivimos la Buena Nueva en nuestra vida. Nos convertimos en testigos del Señor unos para otros.
En segundo lugar está la vida de adoración. Es a través de esta área que oramos juntos y apoyamos las necesidades espirituales de los demás. De esta manera, hacemos crecer nuestra fe juntos como una comunidad orgánica, especialmente cuando adoramos como un solo cuerpo. En este aspecto, comprenderemos que nuestra relación con los demás está verdaderamente fundada en la Eucaristía y se nutre de ella. Somos una comunidad centrada en la Eucaristía y otros sacramentos. Sin los sacramentos, todas nuestras actividades comunitarias son en vano y carentes de gracia espiritual.
En tercer lugar está la vida de educación de la fe, en la que nuestro conocimiento de nuestra fe y de las enseñanzas de la Iglesia obtendrá una comprensión más profunda y sólida. Es una formación de fe, donde ayudaremos a los miembros de
nuestra comunidad a recibir sus sacramentos como el Bautismo, la Confirmación, la Sagrada Comunión y el Matrimonio. A través de este programa, lograremos una fe sólida y firme como las famosas palabras de San Agustín - "fe que busca entendimiento" (Catecismo, Evangelización).
Por último, está la vida de corresponsabilidad. En este aspecto, estamos llamados a cuidar unos de otros, especialmente, las necesidades temporales de la parroquia y nuestra comunidad. Aquí es donde tomamos una participación activa en los bienes comunales y temporales de la parroquia. Nos convertimos en administradores fieles y comprometidos para el bienestar de los demás y de la parroquia. Es un llamado a un testimonio activo de nuestra fe con nuestras palabras y acciones. Como una familia, somos responsables unos de otros. Debe ser fiel y fructífero.
Hermanos y hermanas, esta será la visión y la dirección de nuestra comunidad, guiada por nuestra misión parroquial. Como pastor, tengo la bendición de contar con miembros tanto para el Consejo de Finanzas como para el Consejo Asesor Pastoral, que servirán como organismo asesor para mí en mi deber y liderazgo. Los miembros del Consejo Asesor Pastoral son Emma Ramos (presidenta), Jim Vandecoevering, Mary Opalenik, Marta Gómez, Helen Goff, Jeff Grundon, Rafael Manríquez, Jesús Cornejo, Jeff Pettit y Peter VanDyke. Los miembros del Consejo Asesor de Finanzas son James Perillo (presidente), Annie Heynderickx, Al Moreno, Sue Vandecoevering, Sheila Giambrone, David Lomartire, Barbara Hinton, Krist Richert y Mary Grundon.
Al comenzar este nuevo año, las únicas palabras que tengo en el corazón son: estoy aquí para ustedes, para amar y servir a nuestra familia, para guiar y construir nuestra vida espiritual hacia la realización plena de nuestra visión para nuestra comunidad parroquial. Como su pastor, sepan que seré un sacerdote para todos y para cada miembro de nuestra familia. Serviré con el máximo amor inclusivo para todos. Como una sola familia de fe, caminemos para hacer realidad nuestra visión a partir de este año: ser una comunidad que sirva como una sola, adore como una sola y trabaje junta con una sola misión. Los amo y amo a nuestra comunidad.
Rezando por todos ustedes.
Padre Pao